¿PORQUÉ LIBROS TEJIDOS?
En este último mes he recorrido una parte de nuestro extenso país con LIBROSCOPIERÍA bajo el brazo. Hubo cuentos, música, susurros, experiencias vivas en cada pueblo y cada ciudad; me siento feliz con el resultado. El camino y los cuentos siempre enriquecen mis días.
Así comenzamos...
Así terminamos...
En el andar, el tema reiterado fue el PLACER POR LA LECTURA. Conversamos, discutimos, acordamos, dudamos...
El vértigo y la urgencia no suelen ir de la mano con el placer. Si nos internamos en esta palabra que es la que nos llevará de la mano plácidamente hasta el deseo del encuentro con el libro, podríamos recordarla como aquello agradable, satisfactorio, curioso, relajante y alegre que nos regocija, pero si además sumamos ese otro significado que pocos recuerdan: PLACER, “banco de arena llano y extenso en el fondo del mar donde se depositan partículas de oro u ostras perleras”… entonces todo podrá tomar otra dimensión.
Aceptemos que la recuperación del instante de placer que nos provoca una lectura, debe ser rescatado, recordado, nos lleve el tiempo que nos lleve, y que “apuesto un banco de arena lleno de ostras perleras”, no será tanto; pero otra creencia que aún está viva es la de la "obligatoriedad" en la lectura. Nada más alejado de lo placentero, el obligar a una rutina.
Nietzsche recomendaba para una lectura auténtica una “actitud de rumiante, ojos de pulidor de vidrio y tacto de ciego, leer despacio, con profundidad y dedos delicados, rigurosidad, sigilo; silencioso y pausado”.
La lectura nos invita a mucho más que imaginar, nos propone una ejercitación no tan tangible sobre las imágenes que nuestro intelecto pueda crear cada vez que me sumerjo en un relato leído. Cuando no hay una pantalla que me lo da "digerido", yo puedo imaginar, discrepar, ampliar el mundo al que me llevó el autor de esas palabras. Esto no ataca el mundo de las imágenes, de hecho poder separar los temas y saber que el mundo de la tecnología es tan esencial como el libro, sería un buen punto donde comenzar el debate.
El tema es que no podemos plantearlo como una situación de opuestos. La tecnología también transita el mundo de la creatividad y obviar este punto sería reducir la verdadera cuestión del "placer de la lectura" a una discusión sobre "palabras o imágenes". De hecho recordamos en algunas charlas, la maravillosa película "Words and pictures", donde Juliette Binoche y Clive Owen plantean sin tapujos la cuestión.
Solemos disolver el tratamiento del tema del placer y de construir un camino que se ha desdibujado, y en algunos casos desaparecido, con una contienda que no tiene sentido, y que nos distrae de la invitación generosa que los adultos deberíamos hacer a los niños, desde el inicio... la voz humana es un canto que nos convida con mundos impensados, probemos caminarlos.
Un LIBROSCOPIO o libro tejido, no es la única respuesta en la búsqueda de ese camino, pero sin duda es un comienzo; invitar al resto de los sentidos a que participen del momento de la lectura es algo mágico y único, he visto cómo niños, jóvenes y adultos se acercan como hechizados cuando saco un libroscopio de mi bolso. El "desear" tocar un libro, olerlo, jugarlo, es también parte de algo que podríamos proponernos, sin obligatoriedad, sin juicio, sin control... sólo por placer.
mariafernandagutierrez
Ma. Fernanda eso que dices me lleva a Barbara, cantautora francesa, ya pasado a otro mundo, quien en sus memorias suspendidas dice textualmente esto en el momento en que siente la necesidad de escribir, mejor dicho de componer: "Hasta el momento, no he escrito más que dos canciones, pero siento que, dentro de mí, las palabras se mueven y golpean, quieren salir...
ResponderEliminarMe dan miedo y me fascinan a la vez. No comprendo de dónde vienen.
Había conocido un estudiante griego quien me inició a Breton, Aragon, Queneau, etc... Me paseaba con los libros que me ofrecía. Los abría y los tocaba para acariciar las palabras... los libros me intimidaban, me emocionaban, me hacían soñar...
Pronto, comencé a leer... Me parecía que no recordaba nada de lo que leía… Las palabras en lugar de quedarse en mi memoria visual, se aglutinaban en mi memoria táctil, y hoy, las palabras salen de mi garganta: son palabras que fueron clavadas acá... palabras que me lastiman y me ahogan antes de que las exhale con violencia o suavemente en una canción.
Es lo que ocurre ese día en "Rémusat" (lugar donde vive en aquel momento): las palabras se presentan en la punta de mis dedos, ¡tengo ganas de escribir! y entonces comienzo..."
No creas que eso lo tenía en mente, pero estoy retomando un espectáculo que hice de sus memorias: "Il était un piano noir" ("Érase un piano negro") las cuales no tuvo tiempo de acabar, por eso este pasaje está fresquecito en mi mente.
gracias Caroline! como siempre cualquier experiencia contigo está llena de vida y regalos... aúnque no te esté mirando los ojos...TE VEO. Gracias!!
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