NUEVA COLECCIÓN "LLANKHAY"

 

COLECCIÓN LLANKHAY


La lengua quechua (la lengua de los Incas), tiene una bella palabra para nombrar con precisión, lo que en español diríamos: "tocar suavemente con la punta de los dedos"... LLANKHAY.

El proyecto "Llankhay", habla expresamente de hacer consciente una exploración nueva, desde lo literal e intrépido de la búsqueda y el descubrimiento, hasta las palabras y los conceptos que será propicio, lleguen así… “suavemente, como una caricia sutil”, pero que ocurrirá.

LIBROSCOPIERÍA, una iniciativa de libros tejidos que fomenta el amor por los textos desde el tacto (HÁPTICA), se abre a esta nueva experiencia de llevar luz y amor sobre un tema que sigue siendo tabú en muchas culturas, a pesar de lo inevitable de nuestras biologías.

La nueva colección de libroscopios (libros tejidos) LLANKHAY, es una serie de cuentos y poemas que hablan del proceso de vida que ocurre en las niñas y niños entre los once y quince años aproximadamente. Todo el despertar, las preguntas, la curiosidad y el misterio que habita ese breve tiempo mágico donde sus cuerpos cambian, sus creencias propias o adquiridas se modifican, y donde el amor y la consciencia deben estar presentes para que aquel lapso perfecto y natural los eleve a los adultos sanos y amorosos que todos podemos ser.

Esa edad en que los niños comienzan a convertirse en jóvenes, solo necesita amor y honestidad. 

No siempre lo reciben en casa o en la escuela, simplemente porque muchas veces sus papás tampoco lo recibieron, y la escuela porque es parte de un sistema que no termina de ajustarse a la realidad y la consciencia de estos niños de hoy.

Cada cuento fue escrito desde la escucha atenta de cientos de casos. Todos tienen un alto grado de vivencia personal, no son historias noveladas, pues no necesitan serlo; cada uno de nosotros ha pasado por su propia adolescencia y aún guarda recuerdos o cicatrices de aquello que no se vivió con amor.

LLANKHAY no pretende hacer escuela, solo quiere elevar el volumen de las voces que se han animado a contar sus propias historias, para que todos despertemos; con el plus de hacerlo no solo desde el relato sino también desde el concepto del aprendizaje a través del tacto, como ha pregonado LIBROSCOPIERÍA en estos últimos años.

Se puede preguntar, se puede dudar, se puede sentir... por respeto a ese breve lapso, en que nuestras vidas cambian biológica y espiritualmente.


ABRE ESTA COLECCIÓN LLANKHAY...

"YURIANA Y SU KIKU"


Raka se había descubierto a sí misma al cumplir Yuriana, sus once años. Se dio cuenta que era una parte muy importante de aquel cuerpo. Lo supo porque a través de ella, durante unos días, Yuriana sangró.

Yuriana, sin embargo había estado conversando con su mamá y  no se sorprendió ni creyó estar enferma, supo que aquello era tan normal como el sudor al hacer ejercicios, el broncearse por el sol del verano o las lágrimas en los momentos de tristeza. Pero también supo, que aquel tiempo de “kiku” ocurría en todas las niñas de su salón, solo que algunas tenían miedo o vergüenza respecto a lo que sentían.

En su casa, en cambio, su mamá y su abuela, hicieron una fiesta. Recibió de regalo un hermoso vestido de hilo rojo tejido, y una corona de flores rojas, rosadas y blancas; hubo baile, su pastel preferido, y cuentos y poemas que algunas amigas llevaron para el festejo.

Al día siguiente, al ir a la escuela, descubrió que algo había cambiado.

Su tiempo de “kiku” o primera menstruación, la había vuelto diferente a algunas amigas. Alguien le preguntó si aquello dolía, otra pidió que no se hablara de lo que “le ocurría a Yuriana”, pero fue su maestra la que les contó que todas las niñas, más tarde o más temprano vivirían naturalmente su kiku, como Yuriana lo estaba viviendo.

Sayri, el mejor amigo de Yuriana, preguntó qué era lo que le ocurría a las niñas… ¿a ellos, no les pasaba?

Algunos rieron por la pregunta, la maestra solo explicó que los cuerpos de todos cambiarían; todos eran como semillas que habían permanecido dormidas, ahora estaban despertando, ahora era el tiempo de llegar a la tierra, y cuando eso ocurría, el paso de la luna a través de cada día y cada noche, los iría haciendo cambiar. Algunos crecerían altos y delgados, otros serían voluptuosos y redonditos, habría quién oliera a romero o a manzanilla, quién daría frutos y los que no. Esas diferencias eran parte de estar vivos, como cualquier otro ser sobre esta tierra.

Sayri volvió a preguntar: “¿yo no sangraré como Yuriana?”.

No lo harás por el mismo lugar que ella, tal vez sí lo hagas si te lastimas, pero lo que ocurre con Yuriana o con las otras niñas no es una enfermedad ni una lastimadura, es algo perfecto que nos ocurre a todas las mujeres, al sangrar una vez por mes por nuestra “raka”.

Ese día la maestra escribió varias palabras en el pizarrón: “raka”, “ullu”, “achachila”, “llakipakuy”, “llankhay”, “muchay” y “sunqu”. Pidió que cada uno eligiera una y escribiera un cuento o un poema con la elegida… desde aquel día todos florecieron, ya no hubo dificultad con las palabras, pues todas ellas, solo hablaban de la alegría y la belleza de estar vivos.

 

Achachila = milagro o maravilla

Kiku = primera menstruación de la mujer

Llakipakuy = suspirar

Llankhay = tocar suavemente con la punta de los dedos

Muchay = besar

Raka = vagina:

Sunqu = corazón:

Ullu = pene: 

 

     m a r i a f e r n a n d a g u t i e r r e z











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