¿POR QUÉ HAGO LO QUE HAGO?

agosto 29, 2019

Ayer hablaba con una querida amiga, sobre esta vida que he elegido. Ser realizadora de libros y juguetes hechos a mano, a veces no parece "una forma de vida válida o admitida"...

Y entonces surgió aquella vieja poesía de Silvio Rodríguez, "Historia de la silla" y reflexioné sobre la infinidad de historias que se habían modificado, enmendado o transformado a través de un cuento, de una pequeña muñeca, de una pelota tejida. Recordé caritas de alegría, de suspenso, de curiosidad, que anhelaban dar vuelta la página para saber cuántos pájaros vivían en aquel nido o cómo se sentiría Gerardo al conocer el mar por primera vez.

Casi todos mis cuentos han nacido de la historia real de una niña o un niño... a veces de alguna abuela. "Gerardo y el mar", "Priscila y los corazones", "Greta", "La maga Pippa", "León", "Clara de la luna", "Rosalía y las naranjas", "Esa pelota", "Ambar, la maga valiente", "La princesa berrinchuda", "Jazmín y su varita" o "Camilo el yacaré" son algunos de los cuentos que nacieron de la escucha atenta y feliz de pequeñitos que compartieron sus deseos y sus amores con la inocencia encendida de saber que sus vidas eran perfectas.

Con la misma inocencia los escuché y con todo mi amor me dedico día a día a convertirlos en cuentos y relatos que vuelven a ellos, como un acto literario que los convierte en héroes y heroínas, princesas (de todo tipo), ases del fútbol, u observadores de sus entornos como científicos incansables.

..."Pero vale la canción buena tormenta

Y la compañía vale soledad

Siempre vale la agonía de la prisa

Aunque se llene de sillas la verdad"...

Por eso elijo levantarme cada mañana, preparar el mate, abrir las ventanas y buscar las lanas que construyan el próximo LIBROSCOPIO, escoger las telas, hilos, cuentas, botones, que vuelvan las historias de Gerardo, Ámbar o Jazmín, el próximo cuento que les contaré a los niños de una escuela en el norte de México o el oeste de Argentina o el centro de Colombia.

Hay "muchas verdades", ser fieles a la nuestra, sin duda se convertirá en estrellas encendidas, o flores perfumadas en el mundo de los otros... y sobre todo en el nuestro.

POR ESO, HAGO LO QUE HAGO.