EL PLACER POR LA LECTURA
En este tiempo me he preguntado muchas veces cómo llegué a crear el maravilloso mundo de los LIBROSCOPIOS, cuál fue la chispa que me provocó las ganas, que me estimuló la creatividad para no dejar de generar uno a uno estos bellos libros y objetos que cuentan historias, según cómo quieran ser escuchadas e imaginadas.
La respuesta estuvo en una pregunta.
Cuando digo a qué me dedico, es una constante que docentes, padres y adultos relacionados con la infancia me pregunten, ¿cómo se hace para que los niños lean? Y siempre respondo que es una cuestión de amor, de placer, y no de imposición.
Lo pensé-sentí más profundamente y para poder explicarlo mejor, imaginé el amor por un hijo. No es algo impuesto, nadie ama a un hijo por obligación, es un amor que va creciendo a medida que se engendra, a medida que se siente que “está ahí”, es un amor que involucra seguramente otros amores que vinieron antes…
Con el amor por la lectura, por los cuentos y las historias, es algo muy muy muy parecido.
No temo decir que no hay posibilidad de encender ese amor porque me obliguen a leer determinadas horas por día, ni siquiera aquello que deben leer dentro del ámbito educativo para “cumplir” con un requerimiento de aprendizaje.
¿Y entonces cómo se hace?
El amor puede construirse cuando se desea. Tal vez el niño no sepa que lo desea, pero no rechazará algo que le llegue desde la cadencia, la caricia, la armonía, la sorpresa, la voz melodiosa que invita a mundos impensados. Así imaginé un libro que fuera más cálido que el papel, que pudiera relacionarse con el relato y al mismo tiempo con la caricia de un tejido suave y colorido, que más allá del aprendizaje, “me dieran ganas” de ir a dormir con él, de abrazarlo hasta quedarme dormida.
Mi abuela decía que el amor es como una plantita que hay que regar todos los días; con este amor por los cuentos, la lectura y los libros, es exactamente igual. No será cuestión de regalar un libro especial para que el amor y el deseo aniden, habrá que acompañar ese proceso, y allí radica el gran secreto: YO ADULTO, tengo que tener ganas también de que el tiempo se detenga para disfrutar de un instante que yo mismo crearé para compartir con un niño. Habrá que apagar celulares, tablets y agendas electrónicas y mentales… será sólo un momento y les aseguro que vale la alegría.
En todo este tema está involucrada la responsabilidad de asumir y aceptar nuevas creencias, no estamos hablando de negar la tecnología, estamos hablando de disfrutar de TODO. Aprender que la tecnología ha sumado progreso, una magia diferente, un acortar distancias, y que el momento único de mirar a los ojos mientras la historia avanza hacia el saciar mi curiosidad de dónde encontrar aquel tesoro perdido, es algo absolutamente diferente, es amor de contacto, es sentir y vivir el nido, es anidar, es palpar, es respirar, oler, percibir, intuir.
Podremos intelectualizar la lectura y habrá infinidad de argumentos, pero prefiero la emoción, la presencia, el abrazo, la palabra en voz alta o susurrada. El silencio entre dos revelaciones, que las convertirá en contundentes y eternas. Estos aprendizajes son fundamentales en este tiempo… EL TIEMPO. De eso se trata.
Podemos buscar en internet quienes fueron los mayas y estudiar su relación con el tiempo, o… “hacer vivir el tiempo” en un simple CONTINUARÁ.
Y colorín colorado, este cuento recién ha comenzado…
PD: Vale la alegría el intento, abran paréntesis en sus vidas para leer una historia con pasión, revaloricen sus propias voces, las miradas, los silencios, el placer supremo de lo compartido.
mariafernandagutierrez
. Maria Fernanda, hoy he tenido el placer de conocerte y disfrutar de un momento magico en Panaderia Literaria.Escuchar tus cuentos fue salirme de mi y como entrar por la ventana dentro del cuento donde estabas al cuidado de perros como el del Pan de muerto.Realismo total en tu descrpcion y que no decir de esa niña quinceañera que dio origen a ojos que brillaron de generacion en generacion hasta verlos en ti misma.Gracias y que Dios siga iluminando tus cuentos.Zulema Carrara.
ResponderEliminarZulema, GRACIAS por tus palabras, siempre alientan, y reverdecen el camino. No había leído tu comentario, porque por algún motivo no me están llegando las notificaciones. Habrá una Panadería Literaria como despedida de Buenos Aires el próximo domingo 8 de septiembre, ya que regreso a México. Comunicate conmigo si querés venir y te paso la dirección. Un abrazo.
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